Notas al margen.

«No existe una sola manera de acercarnos a la cosa recordada. Esta no es el final de una línea. Numerosos puntos de vista o estímulos convergen y conducen hasta ella. De forma parecida han de crear un contexto para la fotografía impresa las palabras, las comparaciones y los signos; es decir, han de señalar y dejar abiertos diferentes accesos a la cosa. Se ha de construir un sistema radial en torno a la fotografía, de modo que esta pueda ser vista en unos términos que son simultáneamente personales, políticos, económicos, dramáticos, cotidianos e históricos».

John Berger: Para entender la fotografía.

«No es por tanto casual que la época de esplendor de la fotografía doméstica coincida con la más absoluta negación de la muerte en el entorno, transformando el tabú por excelencia que fue el sexo en el siglo XIX por la muerte en el siglo XX, tal y como apuntó Geoffrey Gorer en su revelador The Pornography of Death».

Montse Morcate. El álbum de los dolientes.

«La memoria entraña un acto de redención. Lo que se recuerda ha sido salvado de la nada. Lo que se olvida ha quedado abandonado. Si un ojo sobrenatural ve todos los acontecimientos de forma instantánea, fuera del tiempo, la distinción entre recordar y olvidar se transforma en un juicio, en una interpretación de la justicia, según la cual la aprobación se aproxima a ser recordado; y el castigo, a ser olvidado».

John Berger: Para entender la fotografía.

«La lucha del hombre contra el poder, es la lucha de la memoria contra el olvido».

Milán Kundera.

«Me gusta contar historias de seres humanos que se enfrentan con algo tan horrible que su paradigma cambia. Cuando nuestro paradigma cambia buscamos algo mítico, simbólico, para poder interpretarlo».

Luca D’Andrea.

«La gente quizá no comprenderá nada, pero tampoco podrá negarlo».

John Doe. Seven.

«Gazing ball: a garden ornament in the form of a sphere made from a reflective material such as mirrored glass or polished metal, often mounted on a stand».

Wikipedia.

«Los agujeros negros no tienen solo un significado científico, también son una especie de cuento mitológico moderno, como los dragones o los dibujos del infierno de Dante en el pasado. La gente ve un agujero negro y siente algo, al margen de la ciencia».

Heino Falcke.

«¿Cómo podría significarse tu filosofía y mi filosofía mejor que con la forma de esa cruz y la forma de esta bola? Este globo es razonable; la cruz es irrazonable. Es un animal de cuatro patas, con una pata más larga que las otras. El globo es inevitable. La cruz es arbitraria. Sobre todo, el globo constituye unidad en sí mismo; la cruz está primordialmente y sobre todas las cosas en discordia consigo misma. La cruz es el conflicto de dos líneas hostiles, de dirección irreconciliable».

G.K.Chesterton. La esfera y la cruz.

«He salido del círculo en donde se está bajo el peso de los terribles duelos. He entrado en el círculo deseable a pasos rápidos. He penetrado en el seno de la Dueña, de la reina infernal».

Parménides.

«El estupefacto brahmán tomó el frasco. ¡Ahí va! Apenas lo miró cuando la esfera que flotaba adentro tocó la pared de vidrio. Esta saltó al instante, y los cascos, cual atraídos por un imán, volaron hacia la esfera para desaparecer en ella sin dejar rastro.
    Ahora el cuerpo redondo de color negro terciopelo flotaba libremente, inmóvil, en el espacio.
    Propiamente dicho, la cosa no parecía en absoluto una esfera, y daba, más bien la impresión de un agujero. Y, en realidad, no era otra cosa que un agujero.
    Era la «nada» absoluta, matemática.
    Lo que ocurrió después no fue sino el fenómeno necesariamente consecuente de esa «nada». Toda cosa colindante con esa «nada» se precipitaba inexorablemente adentro, para convertirse a su vez en «nada», es decir, desaparecer sin dejar rastro.
    Efectivamente se produjo en seguida un fuerte zumbido, que cobraba una violencia cada vez mayor, ya que el aire de la sala era absorbido por la esfera. Trozos de papel, guantes, velos de señora, todo lo arrastraba consigo en la succión.
    Y cuando uno de los militares pinchó la misteriosa esfera con su sable, la hoja desapareció como si se hubiese fundido.
[…]
—Todo el universo que Brahma creara, que Vichnú sostiene y Siva destruye, se precipitará, poco a poco, en esta esfera —dijo, solemnemente, Radshendralamitra—. ¡Es la maldición de haber ido a los países del Occidente, hermano!

—¿Qué importa? —murmuró el gosain —. Una vez hemos de llegar todos al reino negativo del ser».

Gustav Meyrink. La esfera negra.

«Prier morts / (non pour eux)».

«rezar muertos
(no por ellos).»

Estéphane Mallarmé. Tombeau d’Anatole.

«Quien ha sufrido profundamente, tiene una soberbia y un hastío intelectuales, y se siente impregnado y como coloreado por una estremecedora certeza: la de que, debido a su sufrimiento, sabe más de lo que pueden saber los más inteligentes y eruditos; la de estar familiarizado con muchos mundos lejanos y terribles en los que ha habitado, y que nadie más conoce. Esa soberbia intelectual y solemne del que sufre, ese orgullo de quien ha sido elegido por el sufrimiento, del iniciado, del que casi es una víctima propiciatoria, necesita todo tipo de disfraces para protegerse del contacto de manos importunas y compasivas, y, en general, de todo aquel que no le iguala en sufrimiento. El dolor profundo nos ennoblece y nos separa de los demás.»

Elena Cué.

«En el duelo interiorizado, ya no hay muchos signos. Es el cumplimiento de la interioridad absoluta. Todas las sociedades sabias, no obstante, han prescrito y codificado la exteriorización del duelo. Malestar de la nuestra en lo que ella niega el duelo.»

Roland Barthes.